Por qué las langostas se cocinan vivas?

Las langostas y otros mariscos poseen bacterias perjudiciales naturalmente presentes en su carne. Una vez que la langosta está muerta, estas bacterias pueden multiplicarse rápidamente y soltar toxinas que pueden no destruirse cuando se cocina. Entonces, al cocinar la langosta viva, se minimiza la posibilidad de intoxicación.

Eso está bárbaro para nosotros, pero qué pasa con la langosta? Se argumenta que las langostas no poseen un cerebro verdadero y por lo tanto no sienten dolor. Es justo decir que no están conscientes de ello del mismo modo en que lo hacemos nosotros, pero igual reaccionan al daño en los tejidos tanto física como hormonalmente, así que son obviamente capaces de detectar dolor en determinado nivel.

En realidad, la hormona que liberan en la corriente sanguínea -cortisol- es la misma que los humanos producen en situaciones de emergencia.

El signo más evidente de angustia es la cola crispada, que evolucionó como un reflejo de escape.

Contrario al mito urbano, poner una langosta en agua fría que gradualmente va subiendo de temperatura no anestesia al animal, extendiendo su sufrimiento.