El bosque mágico de Bruno Torfs
Bruno Torfs nació en Paraguay en 1956. Su familia, de ascendencia sueca, regresó a Europa cuando Bruno tenía 15 años.
Bruno se formó como escritor pero, tras una transformación gradual, se convirtió en artista de tiempo completo.
Viajó por todo el mundo durante 24 años, luego de lo cual se estableció con su familia en un pequeño poblado llamado Marysville al sudeste de Australia, a unos 95 km de Melbourne.
En este sitio de clima y vegetación de selva tropical, con montañas, lagos y una hermosa cascada, Bruno encuentra el lugar ideal para crear sus mágicas obras de arte.
En unos pocos meses inauguró su jardín artístico de esculturas, un lugar místico que comenzó a atraer a miles de turistas cada año. Comenzó en 1995 con quince esculturas que en una década llegaron a ser 280 obras entre bocetos, pinturas al óleo y esculturas de terracota, ocultas entre la vegetación y combinando con la belleza natural del parque.
Bruno se formó como escritor pero, tras una transformación gradual, se convirtió en artista de tiempo completo.
Viajó por todo el mundo durante 24 años, luego de lo cual se estableció con su familia en un pequeño poblado llamado Marysville al sudeste de Australia, a unos 95 km de Melbourne.
En este sitio de clima y vegetación de selva tropical, con montañas, lagos y una hermosa cascada, Bruno encuentra el lugar ideal para crear sus mágicas obras de arte.
En unos pocos meses inauguró su jardín artístico de esculturas, un lugar místico que comenzó a atraer a miles de turistas cada año. Comenzó en 1995 con quince esculturas que en una década llegaron a ser 280 obras entre bocetos, pinturas al óleo y esculturas de terracota, ocultas entre la vegetación y combinando con la belleza natural del parque.
Lamentablemente, en febrero de 2009 un voraz incendio que duró dos semanas arrasó la zona -el peor de la historia de Australia- causando un centenar de muertes, destrucción de edificaciones, y devastando 455.000 hectáreas.
Bruno sobrevivió con su familia aunque su singular jardín quedó destruido. La galería de arte fue consumida completamente por las llamas y sólo se pudo salvar unas pocas pinturas.
Sin embargo, un 60% de las esculturas quedó intacto o era recuperable, ya que la terracota resistió bien el calor. El problema fue con las ramas de los árboles que caían y con los árboles mismos que se derrumbaban, que redujeron a polvo muchas de las esculturas.
La selva quedó devastada pero la idea de Bruno siempre fue la restauración, no centrando su atención en lo que perdió sino en el nuevo comienzo. “Este es un hermoso lugar, queremos traer de vuela al pueblo el río y el verdor del bosque”.
Con ayuda de amigos y voluntarios, y tras muchísimo trabajo de reconstrucción, limpieza y replantación, el jardín está de nuevo abierto al público, aunque pasará mucho tiempo antes de que el bosque vuelva a asemejarse al exuberante paisaje que solía tener.
Sin embargo, un 60% de las esculturas quedó intacto o era recuperable, ya que la terracota resistió bien el calor. El problema fue con las ramas de los árboles que caían y con los árboles mismos que se derrumbaban, que redujeron a polvo muchas de las esculturas.
La selva quedó devastada pero la idea de Bruno siempre fue la restauración, no centrando su atención en lo que perdió sino en el nuevo comienzo. “Este es un hermoso lugar, queremos traer de vuela al pueblo el río y el verdor del bosque”.
Con ayuda de amigos y voluntarios, y tras muchísimo trabajo de reconstrucción, limpieza y replantación, el jardín está de nuevo abierto al público, aunque pasará mucho tiempo antes de que el bosque vuelva a asemejarse al exuberante paisaje que solía tener.
0 comentarios en "El bosque mágico de Bruno Torfs"
Publicar un comentario