Un tacaño importante
El billonario petrolero estadounidense Jean Paul Getty se rehusó a pagar un rescate de 17 millones de dólares por su nieto secuestrado en 1973 en Italia por la mafia.
Cuando recibió un paquete con la oreja derecha del adolescente, reclamando tres millones de dólares, se decidió a pagar; pero en vez de pagar tal cifra, puso 2.2 millones (el máximo que podría ser deducible de impuestos).
Los restantes 800.000 dólares se los prestó a su hijo (el padre del chico secuestrado) como préstamo para que completara el pago del rescate, pero con la condición de que se lo devolviera con un 4% de interés.
Cuando falleció Getty, le dejó 500 dólares al hijo y nada al nieto porque lo había desheredado.
Cuando recibió un paquete con la oreja derecha del adolescente, reclamando tres millones de dólares, se decidió a pagar; pero en vez de pagar tal cifra, puso 2.2 millones (el máximo que podría ser deducible de impuestos).
Los restantes 800.000 dólares se los prestó a su hijo (el padre del chico secuestrado) como préstamo para que completara el pago del rescate, pero con la condición de que se lo devolviera con un 4% de interés.
Cuando falleció Getty, le dejó 500 dólares al hijo y nada al nieto porque lo había desheredado.
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