No todo está inventado

En Barcelona, en la Ciutat Vella, hay un museo que abrió en marzo de este año que trata de inventos curiosos. El Miba, Museu d'idees i invents de Barcelona, es un punto de encuentro para emprendedores de todo el mundo y fue creado a partir de iniciativa y presupuesto privado.

Al entrar al museo hay un piso de vidrio desde donde se ve el piso inferior, que representa "la hoja en blanco a la que diariamente se enfrenta el creador". Un enorme tobogán que comunica ambos pisos simboliza el salto al vacío sin saber dónde se aterriza que es necesario dar cuando se comienza un emprendimiento.

En el museo hay tres grandes espacios: el Reflexonàrium, donde están los inventos que invitan a la reflexión; el Espacio absurdo, donde hay inventos que hacen reír pero que pueden llegar a ser comercializados; y el Espacio rojo, donde están "las ideas más peligrosas, las que hacen daño al poder."

Entre las curiosas creaciones se encuentra una maceta que se mueve por sí misma para buscar el sol, un chistador de camareros, un teléfono celular con control de alcoholemia y una bolsa para comer en el cine sin hacer ruido.

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