Té verde

El té verde y el negro provienen de la misma planta -Camellia sinensis- pero tienen distintos procesados.

A diferencia del té negro, el verde no es fermentado y llegó a Europa en el siglo XVI para tratar enfermedades como la gota y otras relacionadas con el estómago.

Sus acciones antioxidantes se deben a la presencia de polifenoles y vitamina A, que reducen el riesgo de cáncer, previenen los infartos y ayudan a luchar contra el colesterol.

Recientemente se ha hecho más popular en Occidente, que tradicionalmente toma té negro.