Capela dos Ossos
La Capilla de los Huesos forma parte de la Iglesia de San Francisco y fue construida por monjes franciscanos en el siglo XVI. Está situada en Evora, una antigua ciudad de Portugal al sur del país.
La capilla mide unos 18 m de largo y 11 m de ancho, y sus paredes están decoradas con huesos humanos, así como las columnas que sostienen el techo, cuidadosamente ordenados y sujetos mediante cemento. El techo está hecho de ladrillo blanco decorado con diferentes motivos mórbidos.
La historia nos es familiar, vimos una capilla similar aquí. En esa época, había 43 cementerios en Evora y sus alrededores, que ocupaban tierras valiosas. Como no querían condenar a las almas allí enterradas, los monjes decidieron construir la capilla y trasladar los huesos.
Sin embargo, en vez de enterrar los huesos, los incrustaron en las paredes para exhibirlos. Pensaron que de este modo la ciudad tendría un lugar para meditar en lo efímero de los objetos materiales ante la innegable presencia de la muerte.
Esto queda claro por el mensaje de reflexión ubicado sobre la puerta de la capilla: "Nós ossos que aqui estamos, pelos vossos esperamos,"
Los huesos corresponden a unos cinco mil cadáveres. Entre ellos, en un pequeño ataúd blanco en el altar, se encuentran los huesos de los tres monjes fundadores. De la pared cuelgan mediante cadenas los cuerpos momificados de dos personas, uno un niño.
Si todo el panorama resulta demasiado opresivo, al final de la capilla, encima del altar, se puede leer estas frases en latín: "Muero en la luz" y "El día que muera es mejor que el día en que nací".
La capilla mide unos 18 m de largo y 11 m de ancho, y sus paredes están decoradas con huesos humanos, así como las columnas que sostienen el techo, cuidadosamente ordenados y sujetos mediante cemento. El techo está hecho de ladrillo blanco decorado con diferentes motivos mórbidos.
La historia nos es familiar, vimos una capilla similar aquí. En esa época, había 43 cementerios en Evora y sus alrededores, que ocupaban tierras valiosas. Como no querían condenar a las almas allí enterradas, los monjes decidieron construir la capilla y trasladar los huesos.
Sin embargo, en vez de enterrar los huesos, los incrustaron en las paredes para exhibirlos. Pensaron que de este modo la ciudad tendría un lugar para meditar en lo efímero de los objetos materiales ante la innegable presencia de la muerte.
Esto queda claro por el mensaje de reflexión ubicado sobre la puerta de la capilla: "Nós ossos que aqui estamos, pelos vossos esperamos,"
Los huesos corresponden a unos cinco mil cadáveres. Entre ellos, en un pequeño ataúd blanco en el altar, se encuentran los huesos de los tres monjes fundadores. De la pared cuelgan mediante cadenas los cuerpos momificados de dos personas, uno un niño.
Si todo el panorama resulta demasiado opresivo, al final de la capilla, encima del altar, se puede leer estas frases en latín: "Muero en la luz" y "El día que muera es mejor que el día en que nací".
Fuente
Kostnice
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