Rayos X # 3

A un trabajador de la construcción de Los Angeles se le clavaron seis clavos en la cabeza en un accidente con una pistola de clavos de alta potencia en 2004.

El hombre de 39 años estaba trabajando cuando se cayó desde un techo sobre un compañero de trabajo que estaba utilizando la pistola de clavos.

Los dos hombres trataron de agarrarse para no caer pero se fueron al suelo y en algún punto la pistola disparó los clavos, penetrando en la cara, cuello y cráneo del hombre, que se salvó por un pelo de una parálisis o de la muerte.

Este muchacho sobrevivió en 1998 a ser apuñalado en el cerebro con un cuchillo de supervivencia de 28 cm. Este cuchillo es el objeto más grande en ser retirado de un cráneo humano.

Mientras estaba en la casa de un amigo en Florida, Michael Hill fue a abrir la puerta y un desconocido lo acuchilló en la cabeza. El entonces caminó por la calle hasta la casa de otro amigo.

A pesar del gran cuchillo que penetró en su cerebro, Hill estuvo consciente y reaccionaba cuando llegó al hospital. Sobrevivió, aunque le quedó daño permanente en su memoria y la mano izquierda paralizada.

Los rayos X muestran una tijera quirúrgica de 17 cm en el abdomen de una señora de 69 años. Pat Skinner, de Australia, fue operada en mayo 2001, pero aún continuaba con intensos dolores en su abdomen meses luego de la operación.

Al final exigió a los médicos que le hicieran unos rayos, y fue cuando ellos se dieron cuenta que le habían dejado la tijera adentro, la cual retiraron en octubre 2002.

Nicholas Holderman, de veinte meses, estaba jugando en casa con sus hermanos cuando se cayó encima de las llaves del auto de sus padres. Una de ellas le atravesó el párpado y penetró profundamente en su cerebro.

Milagrosamente, el niño no sufrió ningún daño en el cerebro y su vista tampoco fue dañada para nada.

En 2010, los dueños de Spike, un terrier Patterdale, lo llevaron al veterinario porque estaba enfermo. No salían de su asombro cuando descubrieron la causa: un pato de goma en el intestino del animalito.

Se trataba de un juguete que el perro había sacado del baño y había tragado hacía 18 meses. Los dueños asumieron que lo había masticado y que luego lo expulsaría, pero cuando vieron a Spike mal y vomitando, lo llevaron inmediatamente al veterinario.

Spike, de seis años, fue sometido a cirugía y los dueños conservaron el pato como un recuerdo, con la diferencia de que estaba negro en vez de amarillo.

Margaret Daalman llegó al hospital de Rotterman, Países Bajos, quejándose de dolor de estómago.

Los cirujanos quedaron asombrados cuando los rayos X mostraron 78 cubiertos diferentes en el estómago de una señora de 52 años.

Las sorprendentes imágenes fueron tomadas hace más de treinta años, y fueron recién publicadas el año pasado en una revista médica neerlandesa.

La señora había sido diagnosticada con un trastorno límite de personalidad (borderline) que la dejaba con ansiedad por comer tenedores y cucharas. Nunca comió cuchillos, sin embargo, no pudiendo explicar por qué.

Se recuperó completamente y comenzó a responder bien a la terapia.

Fuente

Rayos X # 1
Rayos X # 2

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