Cuidado con las camas solares

Los peligros del bronceado son tan importantes que las camas solares han sido incluidas en la lista de la Organización Mundial de la Salud de las sustancias y hábitos que más cáncer causan, junto al arsénico y el asbesto.

Antes de ésto, las camas de bronceado y las lámparas solares habían sido clasificadas como "probablemente carcinogénico", colocándolas un peldaño por debajo de los productos más peligrosos.

Las tasa de melanoma maligno, la forma más grave de cáncer de piel, se ha más que triplicado entre las personas de entre 15 y 34 en las últimas tres décadas.

Kelly Hughes, de 30 años de edad, comenzó a usar cama solar cuando tenía 16 años en el gimnasio al que concurría pues no quería verse pálida. Conocía los riesgos del cáncer pero no quería ponerse a pensar en ello.

Los rayos UV de las camas de bronceado o la sobre-exposición al sol puede dañar el ADN de la piel y, con el tiempo, este daño puede acumularse y provocar cáncer de piel.

Kelly Hughes y una imagen de su piel dañada que los escáneres UV pueden detectar. Las manchas oscuras son tumores potenciales que pueden convertirse en cáncer. Según las estadísticas, si se utiliza cama solar al menos una vez en 30 días, la probabilidad de cáncer aumenta en un 50%.

Debido a la intensidad de la luz ultravioleta emitida por las camas solares, una visita de 20 minutos a algunas cabinas es el equivalente a pasar un día entero en la playa.

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