La ternura de un macho alfa
Después de quedar huérfano hace dos años, los científicos no creían que un joven chimpancé pudiera sobrevivir sin la ayuda de un padre adoptivo, menos que menos de un macho alfa. Es exactamente lo que le ocurrió a Oscar, la estrella del nuevo documental de Disney, Chimpanzee, cuando el patriarca Freddy le dio la bienvenida.
Tal adopción en el reino animal nunca había sido vista; un macho en el rol de madre de un bebé. Fue una sorpresa cuando Freddy demostró tanta ternura hacia el pequeño huérfano, dejando que el pequeño montara en su espalda, partiendo nueces para él, acicalando con delicadeza su pelaje y compartiendo su nido con Oscar acunado entre sus enormes brazos.
El proyecto llevó setecientas horas de filmación durante tres años y medio en la selva Tai, en Costa de Marfil. Al principio el equipo siguió a otro bebé chimpancé y su madre, pero cuando se encontraron con Isha y su recién nacido Oscar, sabían que habían encontrado un chimpancé especial.
Isha era una madre amorosa que había comenzado a educar a Oscar. Fuertemente dependiente de su madre, Oscar no iba a ser destetado hasta que llegara a la edad de cuatro años y sólo sería plenamente independiente cuando tuviera diez años.
Cuando Oscar apenas tenía tres años, la tragedia los golpeó. Isha quedó herida tras una pelea territorial con una manada rival de chimpancés y no se la volvió a ver, presumiblemente presa de leopardos al estar debilitada y dejando a Oscar vulnerable, hambriento y abandonado a su suerte. Eso hasta que Freddy, el patriarca y macho alfa interviene y se convierte en su nuevo padre.
Los chimpancés sumaban más de un millón de individuos; en sólo cincuenta años el número bajó a 200.000, que son los chimpancés que quedan en estado salvaje actualmente.
Tal adopción en el reino animal nunca había sido vista; un macho en el rol de madre de un bebé. Fue una sorpresa cuando Freddy demostró tanta ternura hacia el pequeño huérfano, dejando que el pequeño montara en su espalda, partiendo nueces para él, acicalando con delicadeza su pelaje y compartiendo su nido con Oscar acunado entre sus enormes brazos.
El proyecto llevó setecientas horas de filmación durante tres años y medio en la selva Tai, en Costa de Marfil. Al principio el equipo siguió a otro bebé chimpancé y su madre, pero cuando se encontraron con Isha y su recién nacido Oscar, sabían que habían encontrado un chimpancé especial.
Isha era una madre amorosa que había comenzado a educar a Oscar. Fuertemente dependiente de su madre, Oscar no iba a ser destetado hasta que llegara a la edad de cuatro años y sólo sería plenamente independiente cuando tuviera diez años.
Cuando Oscar apenas tenía tres años, la tragedia los golpeó. Isha quedó herida tras una pelea territorial con una manada rival de chimpancés y no se la volvió a ver, presumiblemente presa de leopardos al estar debilitada y dejando a Oscar vulnerable, hambriento y abandonado a su suerte. Eso hasta que Freddy, el patriarca y macho alfa interviene y se convierte en su nuevo padre.
Los chimpancés sumaban más de un millón de individuos; en sólo cincuenta años el número bajó a 200.000, que son los chimpancés que quedan en estado salvaje actualmente.
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