Mascotas peligrosas # 2

# 3 - Monos y hominoides

Hay algo irresistible en un monito bebé; se ven muy dulces e indefensos, y se parecen en muchas maneras a un bebé humano.

Sin embargo, esos dulces bebés crecen y se convierten en adultos difíciles y por regla general los monos adultos no son buenas mascotas. Su inteligencia los hace especiales, pero es también un desafío tener una mascota así.

Los monos y los hominoides (como gibones, orangutanes, chimpancés y gorilas) se ponen cada vez más agresivos a medida que maduran.

Un compromiso significativo implica mucho más que proporcionarle alimento y alojamiento adecuados (lo cual es caro); el animal también necesita mucha interacción social y atención de su dueño, de otro modo puede desarrollar problemas severos de comportamiento y cuestiones psicológicas. Criar a un mono entre humanos no cambia la naturaleza salvaje del animal y no hay que olvidar que en su hábitat tendría relaciones sociales normales con otros miembros de su especie.

La mayoría de los monos tienen un rango de vida de 30 años, y los hominoides pueden vivir hasta los 50 en cautiverio. Esto supone un compromiso de por vida para el dueño, especialmente cuando llegan a la madurez y pasan la etapa de "lindos y tiernos".

Han ocurrido muchos incidentes que involucran a primates. Lo más común es que estas mascotas muerdan al dueño, se escapen y causen alboroto, destruyan la propiedad o ataquen a un oficial de policía.

Frecuentemente los compran como hijo sustituto; gente que está sola o desesperada y también personas que piensan que no hay nada grotesco en vestir un monito con un tutú y que desfile por el vecindario.


# 4 - Osos

Existen algunas personas que no prestan atención a su instinto de conservación y tienen uno (o más) de estos notoriamente peligrosos omnívoros como mascota.

Los que son más comunes son los osos negros, ya que son más pequeños y dóciles que los grizzlies, aunque igual son capaces de derribar a un humano adulto si sienten el impulso.

Los ataques se producen generalmente debido a que el dueño o un amigo de la familia tratan de mimosear a este "osito de peluche" real olvidando que los humanos no son amigos de los osos sino comida.

Tal vez pretendan que los osos salvajes tengan un comportamiento como el de Yogi, el simpático personaje de dibujos animados que se especializaba en el hurto de canastas de picnic.

Un macho adulto de oso negro puede llegar a pesar más de 270 kg mientras que un adulto grizzly pasa los 450 kg, dependiendo de su ubicación geográfica.

Toda esa ferocidad peluda no está destinada a ser encerrada y la mayoría de los entrendores de animales exóticos considera que los osos son los más peligrosos e impredecibles de los animales que entrenan.


# 6 - Gato selvático

Fuerte, peligroso, feroz y con dientes afilados. Cuatro buenas razones para no tener a este felino como mascota.

También llamado de la jungla o de los pantanos, el gato selvático, originario de Asia, posee notables habilidades para el salto y la natación.

Su pelaje varía entre el rojizo, amarronado y gris. Los cachorros son rayados o manchados al nacer, pero lo pierden a medida que crecen.

Mayormente cazan roedores, ranas, peces y aves (algunas de tamaño tan grande como el faisán). También entre sus presas se encuantran ocasionalmente cervatillos y puercoespines.

Como la mayoría de los felinos, cazan al acecho y emboscando a sus presas, y utilizan cañas o hierbas altas para encubrirse.

En algunos lugares se cría como mascota exótica y puede cruzarse con el gato doméstico para conseguir híbridos conocidos como Chausies.

Otro félido que también se acostumbra a tener como mascota es el serval, un felino africano de tamaño mediano, fino y estilizado.

Los servales jóvenes pueden ser domesticados, pero son difíciles de mantener en cautiverio porque no suelen reconocer la jerarquía impuesta por sus dueños.









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