Perro salvaje africano

El perro salvaje africano, también llamado perro cazador del Cabo, licaón, lobo pintado o perro hiena, es una especie en peligro de extinción que por lo general habita las llanuras abiertas y bosques ralos del África subsahariana.

Su nombre en latín Lycaon pictus significa "lobo pintado" debido al pelo en parches de colores que posee; rojizo, negro, marrón, blanco y amarillo, cada uno con su propio patrón único.

Estos perros son muy sociales, y se conoce que las manadas comparten los alimentos y ayudan a los miembros débiles o enfermos. De hecho después de una caza exitosa, los perros regurgitan carne para los que se quedaron en la guarida.

Cazan en manadas de seis a veinte y, a pesar de su pequeño tamaño, sus presas son animales grandes como los antílopes y ñus. Son los mejores cazadores del mundo. Son extremadamente agresivos y hasta el 89% de sus cacerías termina con éxito, en contraposición a un león que posee un porcentaje de éxito de apenas el 30%. Matan a las presas de mayor tamaño destripándolas, una técnica que es rápida pero que ha hecho que esta especie tenga una reputación negativa, feroz.

Sus grandes dientes les permiten consumir una gran cantidad de hueso, de la misma manera que lo hace una hiena. Tienen un cociente de fuerza de mordida (fuerza de mordedura en relación a la masa del animal) de 142, el más alto que cualquier carnívoro, excepto el diablo de Tasmania.

A menudo son perseguidos y matados por granjeros que temen por sus animales domésticos. Muchos también mueren ya que son susceptibles a las enfermedades infecciosas transmitidas por animales domésticos, como la rabia. Debido a su tamaño son vulnerables a ser depredados por leones, hienas y cocodrilos.

Solía haber unos 500.000 perros salvajes africanos en 39 países, y las manadas de 100 individuos o más no eran infrecuentes. Actualmente sólo hay entre 3.000 y 5.500 en menos de 25 países.

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