Kákapos
La palabra kákapo proviene del maorí y significa "loro nocturno". Precisamente, esta ave pertenece a la familia de los loros, son nocturnos y endémicos de Nueva Zelanda.
Es el único loro del mundo que no vuela y también uno de los pájaros más longevos. Son aves grandes cuyo plumaje los ayuda a camuflarse con la vegetación. Trepan muy bien y pueden correr durante trayectos cortos.
Por lo general son herbívoros, alimentándose de una gran variedad de plantas, semillas, frutas y polen.
Son los únicos loros del mundo que tienen una reproducción poligámica del tipo lek. Los machos se juntan en un terreno y combaten para atraer a las hembras. Estas eligen según la exhibición brindada, lo que no significa que escojan los que puedan darles una mayor o mejor descendencia.
Su depredador natural era un águila gigante, pero con la introducción a las islas de gatos, ratas y armiños, los kákapos fueron casi totalmente exterminados. Sólo tienen cría cada diez años.
Tristemente, se encuentran en peligro crítico de extinción, quedando solamente 126 ejemplares vivos en 2012. A todos se les hace un seguimiento de cerca y están registrados. Cada uno de los kákapos recibe un nombre, algunos en inglés, otros en maorí e incluso en español, como Maestro y Guapo.
Es el único loro del mundo que no vuela y también uno de los pájaros más longevos. Son aves grandes cuyo plumaje los ayuda a camuflarse con la vegetación. Trepan muy bien y pueden correr durante trayectos cortos.
Por lo general son herbívoros, alimentándose de una gran variedad de plantas, semillas, frutas y polen.
Son los únicos loros del mundo que tienen una reproducción poligámica del tipo lek. Los machos se juntan en un terreno y combaten para atraer a las hembras. Estas eligen según la exhibición brindada, lo que no significa que escojan los que puedan darles una mayor o mejor descendencia.
Su depredador natural era un águila gigante, pero con la introducción a las islas de gatos, ratas y armiños, los kákapos fueron casi totalmente exterminados. Sólo tienen cría cada diez años.
Tristemente, se encuentran en peligro crítico de extinción, quedando solamente 126 ejemplares vivos en 2012. A todos se les hace un seguimiento de cerca y están registrados. Cada uno de los kákapos recibe un nombre, algunos en inglés, otros en maorí e incluso en español, como Maestro y Guapo.
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