Otra adopción interespecies
Los pit bulls tienen una reputación de ser agresivos, pero una gata llamado Lurlene demostró que con un poco de amor, la nurtura (lo que se adquiere) puede superar a la naturaleza.
Lurlene se hizo cargo de un cachorro abandonado de pit bull de un día de edad llamado Noland, que fue encontrado por la Liga Protectora de Animales de Cleveland (APL) en junio pasado.
Abandonado por su madre y cubierto de moscas en un garaje, el recién nacido no tenía mucha oportunidad de sobrevivir sin alguien que lo cuidara y mantuviera caliente. Por suerte allí estaba Lurlene, que trató a Noland de la misma manera que a sus tres gatitos, aprendiendo incluso a utilizar la caja de arena.
Lurlene se hizo cargo de un cachorro abandonado de pit bull de un día de edad llamado Noland, que fue encontrado por la Liga Protectora de Animales de Cleveland (APL) en junio pasado.
Abandonado por su madre y cubierto de moscas en un garaje, el recién nacido no tenía mucha oportunidad de sobrevivir sin alguien que lo cuidara y mantuviera caliente. Por suerte allí estaba Lurlene, que trató a Noland de la misma manera que a sus tres gatitos, aprendiendo incluso a utilizar la caja de arena.
Aquí vemos a Nolan más crecido junto a uno de sus hermanitos.
La conmovedora historia de la adopción interespecies ayudó a esta organización sin fines de lucro a ganar una beca de 25.000 dólares de la Fundación Petco. La fundación recibió más de 4.500 solicitudes, y APL fue una de las 33 ganadoras.
En APL temían que Nolan se pusiera muy grande y tosco para su menos robusta familia felina, pero Lurlene tenía las cosas bajo control y no pasó mucho tiempo para que los gatitos aprendieran a ponerlo en su lugar.
En realidad, Noland encajó muy bien en la familia y, mientras crecía, pasaba nueve horas con los gatos y en la noche se iba a casa con un miembro del personal, quien le daba mamaderas y lo monitoreaba durante la noche.
Cuando Noland se hizo más grande, fue puesto en un hogar de acogida con una camada de cachorros de su misma edad, donde aprendió más acerca de ser un perro.
Lurlene ayudó a que Noland creciera fuerte y grande y, en el momento en que fue adoptado por una familia, había alcanzado un peso de 8 kg.
En realidad, Noland encajó muy bien en la familia y, mientras crecía, pasaba nueve horas con los gatos y en la noche se iba a casa con un miembro del personal, quien le daba mamaderas y lo monitoreaba durante la noche.
Cuando Noland se hizo más grande, fue puesto en un hogar de acogida con una camada de cachorros de su misma edad, donde aprendió más acerca de ser un perro.
Lurlene ayudó a que Noland creciera fuerte y grande y, en el momento en que fue adoptado por una familia, había alcanzado un peso de 8 kg.
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